La creatividad es quizá una de las cosas que más extrañamos de nuestra niñez, cuando jugábamos con cualquier idea y todo nuestro alrededor era fascinantemente flexible y se adaptaba a nuestra manera de entender el mundo. Cada día de ser niño es una oportunidad de crear, descubrir, inventar, adaptarnos y llevar lejos todo lo que sucede en nuestra cabeza.
Las anécdotas sobre lo que los niños son capaces de hacer con su imaginación son infinitas, muchas veces divertidas, y otras tantas increíbles, pues representan verdaderas soluciones a situaciones que desde nuestro enfoque “adulto” somos incapaces de ver. En resumen: La creatividad es un tesoro, que en la vida adulta nos haría mucho bien.
Pero ¿Por qué si es una cualidad tan valorada entre los dones y doñas, la creatividad se vuelve tan escasa conforme crecemos? Hay muchas respuestas a esto, y todas teorico-cientìfico-psicològicas; todas en lo correcto. Pero para resumir, básicamente lo que sucede es que la creatividad no desaparece, nosotros nos encargamos de enmudecerla, en muchos casos incluso suprimirla.
¿La creatividad se apaga o la apagamos?
¿Has escuchado el dicho de que la escuela mata la creatividad? Pues por ahí va la cosa, y aunque no se trata de buscar a los culpables de nuestros sueños perdidos, esta idea ejemplifica muy claramente por qué la creatividad se va cansando de nosotros en la medida que crecemos.
Según Ken Robinson, un reconocido teórico experto en el desarrollo de la creatividad, el motivo del porque dejamos de ser creativos en la medida que crecemos es simple: “Los niños arriesgan, improvisan, no tienen miedo a equivocarse; no es que equivocarse sea igual a ser creativo, pero es claro que no puedes innovar si no estás dispuesto a equivocarte. Y los adultos penalizamos el error, lo estigmatizamos en la escuela y en la educación, así es como los niños se alejan de sus capacidades creativas”.
Clarísimo ¿No? Ken Robinson investigó mucho al respecto, de hecho tiene una Ted Talk llena de chistes tipo “Dr. Fraiser Crane”, pero a pesar de todo muy interesante, puedes verla por acá:
Pero. ¿Los adultos podemos ser creativos? O estamos condenados a tener ideas poco interesantes. ¿Cuánto vale la creatividad para una empresa?