Si pensamos en la historia de nuestra humanidad y nos enfocamos en la evolución del arte, incluso sin conocer mucho del tema, podremos ubicar muy fácilmente tres cosas: Todo el arte es contextual, el arte representa un motor para el pensamiento y la acción, y por último: El arte no es para todos, pues requiere cualidades mínimas para que podamos digerirlo.
Bien, si con esto, viajamos al momento en que el arte se convirtió en “entretenimiento” con la finalidad de acercarse a todo el público, cuando comenzó a ser una industria, nos daremos cuenta de una premisa elemental: El contenido manda.
Un libro que hemos leído toda la vida, un concierto que “no nos podemos perder”, una película que hizo que nuestra cabeza diera vueltas, un disco que nos marcó desde niños, un programa de televisión que hemos viso durante años, etcétera. Todo eso es contenido, y aunque creamos que nosotros fuimos quienes decidieron hacerlo parte de nuestra vida, la realidad es opuesta. Todo él está diseñado para crear en nosotros pequeños impulsos, preferencias, predilecciones, tendencias, hábitos de consumo, órdenes. No es conspiranoico, es que así es.
Bueno ¿El contenido manda o qué?
Desde hace unos años, se ha desarrollado en el ámbito digital una postulación que en muchos lugares pareciera pretender ser el hilo negro del Marketing Digital, y que habla del papel del contenido como eje de estrategia, como algo que recientemente descubrimos que es así; y aunque la importancia del contenido es 100% indiscutible, la manera de llegar a esta conclusión es un poco ingenua.
Veamos al contenido como un “call to action” que llega a través de nuestros sentidos, y del que inevitablemente tenemos una reacción, comprar algo, no hacerlo, buscar no volver a interactuar con el, compartirlo con alguien, repudiar etc. Sin duda, en el momento que reaccionamos a un contenido, este manda.
El contenido es parte de todo lo que cotidianamente vivimos, nuestra capacidad de crearlo y nuestra interacción con él es, en esencia, una de las pocas cosas que nos distinguen del resto de animales.
Todo esto puede leerse teórico y pomposo, pero la verdad es que sin tenerlo claro tendríamos que hacernos preguntas como “¿Por qué el contenido es el eje en una estrategia de marketing?… no pasemos por eso.